Ya era hora. Después de tanto esperar, el JBL Charge 6 por fin está aquí y la pregunta es inevitable: ¿merece la pena el salto desde el Charge 5? Porque sí, los dos comparten nombre, diseño y esa fama de ser “el altavoz todoterreno”, pero hay mucho más debajo de esa tela resistente y esos radiadores pasivos que tanto gustan.
El Charge 5 lleva años siendo un referente. Sonido potente, batería duradera, resistente al agua, lo aguanta todo. Pero claro, el Charge 6 llega con mejoras por todas partes: más batería, mejor conectividad, un ecualizador de 7 bandas y hasta audio por USB-C con calidad sin pérdidas. En teoría, lo tiene todo para destronar al rey… pero las cosas no son tan simples.
Porque, aunque el Charge 6 lo mejora casi todo, hay algo que pierde por el camino: la compatibilidad con otros altavoces JBL de generaciones anteriores. Y eso, si ya tienes uno o varios modelos con PartyBoost, puede cambiar por completo la decisión.
Así que el dilema está servido: ¿te quedas con lo ya probado o das el salto al nuevo estándar? Vamos a contarte lo que nadie te resume en una tabla.
Diseño renovado vs diseño familiar: pequeños cambios que marcan la diferencia

A simple vista, el JBL Charge 6 mantiene el mismo espíritu que el Charge 5, ese formato cilíndrico horizontal tan característico de la serie, con radiadores pasivos en los extremos y una estética 100 % JBL. Pero cuando los colocas uno al lado del otro, empiezan a aparecer los detalles que marcan la evolución del modelo.
La base del Charge 6 ha sido completamente rediseñada. Ya no están esas finas tiras de silicona del Charge 5 que, con el tiempo, podían despegarse o acumular suciedad. Ahora tenemos una base más ancha, plana y estable, que evita que el altavoz ruede con facilidad. Es un cambio sutil, pero muy práctico, sobre todo si lo usas en superficies lisas o al aire libre.
También se nota un avance en la protección general: los parachoques que protegen los radiadores pasivos ahora son más largos, más gruesos y más envolventes. Mientras que el Charge 5 contaba con tres zonas de refuerzo, el Charge 6 sube a cuatro y gana resistencia a impactos, con una protección oficial contra caídas desde un metro sobre hormigón.
El nuevo asa desmontable del Charge 6 también es un acierto. Puedes usarla como asa tradicional o convertirla en una especie de lazo para colgar el altavoz. El Charge 5 no tenía ningún sistema de agarre, así que si lo llevabas en la mano, era tal cual: cilindro en palma.
En cuanto a materiales, ambos mantienen ese tejido exterior reforzado que les da ese toque resistente y con buen grip, pero si te fijas bien, el acabado del Charge 6 da una ligera sensación de mayor solidez. Es como si lo hubieran «apretado» un poco más, dándole más densidad al conjunto.
Controles físicos con nuevas funciones bajo el dedo

Aunque ambos altavoces mantienen los botones en la parte superior, el Charge 6 ha reorganizado toda la zona de controles. Ahora hay una franja iluminada exclusiva para los botones principales, lo que mejora bastante la visibilidad en ambientes oscuros.
El cambio más llamativo es la sustitución del botón PartyBoost por el nuevo botón Auracast, que permite conectar el Charge 6 con modelos recientes como el Xtreme 4, Go 4 o Clip 5. El Charge 5, por su parte, sigue funcionando con PartyBoost, lo que significa que ambos modelos son incompatibles entre sí en conexiones multipunto. Y eso es algo a tener muy en cuenta si ya tienes otros altavoces JBL de generaciones anteriores.
Los controles multimedia son prácticamente idénticos en ambos modelos: play/pause, volumen, avance y retroceso. Pero el Charge 6 añade una función muy interesante: una pulsación larga permite activar el modo de audio por USB, algo que no está presente en el Charge 5.
Rendimiento sonoro: más bajo, más cuerpo… pero no más precisión
El Charge 6 suena más potente y con un bajo más presente que el Charge 5 desde el primer minuto, y eso muchos lo van a agradecer. El altavoz tiene más pegada, más profundidad en frecuencias graves, y llena mejor espacios grandes.
Pero no todo es tan directo. En pruebas técnicas, el Charge 5 ha sacado una puntuación ligeramente superior en calidad general de sonido (2,9 frente a 2,7 del Charge 6). El motivo: el Charge 5 tiene un timbre más afinado y una representación más limpia, mientras que el Charge 6 prioriza el impacto, incluso si eso significa perder algo de definición en los detalles.
Donde sí hay ventaja clara es en personalización. Con el ecualizador de siete bandas del Charge 6, puedes corregir muchos de esos excesos de graves y moldear el sonido a tu gusto, algo que el Charge 5 no te permite más allá de ajustes básicos.
Ambos son altavoces mono, así que no esperes una escena estéreo envolvente. Pero el Charge 6 suena más grande, más físico, más contundente. El Charge 5, más fino, más equilibrado.
EQ, app y personalización: más control, más posibilidades

Si vas a usar la app JBL Portable, el Charge 6 te abre más puertas que el Charge 5. La diferencia más evidente es que el Charge 6 incorpora un ecualizador de siete bandas, mientras que el Charge 5 se queda con uno de tres bandas, como era lo habitual en generaciones anteriores.
Con siete bandas puedes ajustar el sonido con mucha más precisión, afinando graves, medios bajos, medios altos y agudos a tu gusto. Y si no te quieres complicar, el Charge 6 también incluye varios ajustes predefinidos que puedes activar desde la app.
Ambos modelos permiten vincular un segundo altavoz idéntico para crear una configuración estéreo real, pero aquí volvemos al tema de compatibilidad: el Charge 5 solo se puede emparejar con altavoces PartyBoost, y el Charge 6 solo con altavoces Auracast. Así que ojo con mezclar generaciones.
Otra exclusiva del Charge 6 es el modo Playtime Boost, que reduce graves y compresión para exprimir más autonomía. No es lo ideal si te importa el sonido, pero si estás en modo música de fondo durante horas, te puede salvar.
Conectividad más avanzada en el Charge 6
Aunque ambos modelos soportan conexión multipunto, el Charge 6 da un paso al frente con Bluetooth 5.4, mientras que el Charge 5 se queda en Bluetooth 5.1. En el uso diario no se nota mucho, pero la versión más nueva ofrece conexiones algo más estables y con mejor eficiencia energética.
La gran diferencia está en la compatibilidad con audio por USB-C. El Charge 6 permite que conectes tu móvil o portátil directamente por cable y disfrutes de audio sin pérdida de calidad (lossless), algo que no es posible en el Charge 5.
En cuanto a la función de carga de dispositivos, ambos cumplen su promesa. Pero hay un matiz importante: el Charge 5 usa USB-A para cargar móviles, mientras que el Charge 6 ya lo hace todo por USB-C, tanto para cargar como para recibir señal de audio. Un detalle que parece menor, pero marca la diferencia en un ecosistema donde todo está migrando al USB-C.
Autonomía: más horas reales, no solo marketing

En teoría, el JBL Charge 6 puede llegar hasta las 28 horas de reproducción, mientras que el Charge 5 se queda en 20 horas. Pero hay que mirar con lupa esa cifra: el Charge 6 da 24 horas en uso normal, y las 28 solo si activas el modo Playtime Boost, que reduce bastante el cuerpo del sonido.
Aun así, esas 24 horas ya suponen una mejora importante frente a las 20 del Charge 5, sobre todo si usas el altavoz en exteriores o en desplazamientos largos. No tener que pensar en cargarlo cada noche es una ventaja clara.
Y además, el Charge 6 añade carga rápida. Con solo 10 minutos de carga puedes conseguir unas dos horas y media de reproducción, algo que el Charge 5 no ofrece. Si eres de los que siempre carga a última hora antes de salir, este detalle suma puntos.
Conclusión: el JBL Charge 6 es mejor… pero no para todo el mundo
Sí, el JBL Charge 6 es mejor que el Charge 5. Punto. Tiene más batería (hasta 28 horas), mejor resistencia (IP68 y protección contra caídas de 1 m), audio por USB con calidad sin pérdidas, un ecualizador de 7 bandas personalizable y carga rápida que te da 2,5 horas de reproducción con solo 10 minutos enchufado. Es más moderno, más versátil y está mejor pensado.
Pero cuidado: si ya tienes un Charge 5 (o cualquier JBL con PartyBoost), el Charge 6 no es compatible con ellos. JBL ha cambiado al sistema Auracast, y eso te obliga a empezar de cero si quieres emparejar varios altavoces. Así que si tu idea era ampliar tu sistema actual… malas noticias.
En cuanto al sonido, el Charge 6 tiene más pegada en graves, aunque curiosamente el Charge 5 obtiene una puntuación ligeramente superior en pruebas de calidad de audio (2.9 vs 2.7). Nada grave, sobre todo teniendo en cuenta que el Charge 6 permite personalizar mucho más el sonido a tu gusto.
Si partes desde cero o vienes de un modelo más antiguo: ni lo dudes. El Charge 6 es el nuevo estándar. Pero si ya tienes un ecosistema JBL con PartyBoost, piénsatelo dos veces antes de romper esa compatibilidad. Porque mejor no siempre significa compatible.


