Elegir unas gafas de realidad mixta hoy en día es como decidir entre iPhone o Android: ambas opciones son potentes, pero cada una ofrece una experiencia muy diferente. Por un lado, tenemos las Meta Quest 3S, la nueva apuesta de Meta para ofrecer una experiencia de realidad mixta de alta calidad a un precio más asequible. Por otro, están las PlayStation VR2, que llegan respaldadas por la potencia de la PS5 y una calidad de imagen que roza la perfección gracias a su pantalla OLED 4K HDR.
Pero aquí viene el dilema: el Meta Quest 3S es completamente inalámbrico y no necesita ningún dispositivo externo para funcionar, lo que significa libertad total de movimiento. Sin embargo, las PSVR 2 dependen de una PS5 para funcionar y tienen una conexión por cable que puede limitarte… aunque a cambio te llevas una experiencia gráfica de primer nivel y tecnología de seguimiento ocular. Entonces, ¿merece la pena pagar más por la calidad del PSVR 2 o las Quest 3S ofrecen el equilibrio perfecto entre precio y rendimiento? Vamos a analizarlo.
Diseño y comodidad: libertad inalámbrica o ajuste preciso
Moverse sin restricciones marca la diferencia en realidad virtual. Las Meta Quest 3S son unas gafas completamente inalámbricas, lo que significa que puedes usarlas en cualquier lugar sin necesidad de cables ni dispositivos externos. Esa independencia hace que las Quest 3S sean muy cómodas para juegos dinámicos o experiencias de realidad mixta que requieren desplazamientos constantes. El diseño también ha mejorado respecto a generaciones anteriores: son más ligeras y equilibradas, con una distribución de peso que evita que las gafas ejerzan presión excesiva en la cara o la frente.
Con las PlayStation VR2 la historia es distinta. Necesitan estar conectadas mediante un cable USB-C a la PlayStation 5, lo que limita bastante la movilidad. Si bien el cable puede ser molesto, el sistema de ajuste compensa en parte esa desventaja. La diadema es fácil de regular y el acolchado en la frente y la parte trasera de la cabeza distribuye bien el peso, haciendo que las gafas se sientan estables y cómodas incluso durante sesiones largas.
El campo de visión también influye en la experiencia. Las PSVR2 tienen un campo de visión de 110º, lo que ofrece una sensación de inmersión más completa en comparación con los 96º de las Quest 3S. Esa diferencia se nota especialmente en juegos que dependen de la visión periférica, pero las Quest 3S compensan con un diseño más ligero y menos intrusivo.
Calidad de imagen: realismo OLED o resolución equilibrada
No hay comparación en cuanto a nitidez. Las PlayStation VR2 ofrecen una resolución de 2000 x 2040 píxeles por ojo gracias a su pantalla OLED 4K HDR. Esto se traduce en colores más vivos, negros profundos y una mayor definición en las texturas. La tecnología HDR refuerza el contraste y los detalles en zonas oscuras o muy iluminadas, haciendo que los entornos se vean más realistas y naturales. La tasa de refresco alcanza los 120 Hz, lo que garantiza que los movimientos y transiciones se vean fluidos y sin cortes.
Las Meta Quest 3S se quedan en 1832 x 1920 píxeles por ojo, que es la misma resolución que las Quest 2. Aunque no alcanzan la nitidez de las PSVR2, las imágenes siguen siendo claras y bien definidas, especialmente en juegos que priorizan el rendimiento sobre el detalle gráfico. También alcanzan una tasa de refresco de 120 Hz, por lo que la respuesta en juegos rápidos es igual de fluida.
Lo que marca la diferencia en las PSVR2 es el renderizado foveado. Gracias al seguimiento ocular, las gafas ajustan la resolución y el nivel de detalle en la parte de la imagen que estás mirando directamente, mejorando la calidad gráfica sin sobrecargar la GPU. Las Quest 3S no tienen esta tecnología, pero el Snapdragon XR2 Gen 2 se encarga de mantener una calidad de imagen estable y un buen rendimiento general.
Rendimiento: potencia autónoma o fuerza de consola
Aquí las diferencias son evidentes. Las Quest 3S funcionan con el procesador Snapdragon XR2 Gen 2, el mismo que las Quest 3, que ofrece un salto considerable en potencia respecto a la generación anterior. Este chip de Qualcomm mejora la eficiencia energética en un 50% y multiplica por 8 la capacidad de procesamiento de IA, lo que permite una respuesta más rápida y mejores gráficos sin necesidad de apoyo externo.
Las PSVR2, en cambio, dependen directamente de la potencia de la PlayStation 5. La PS5, con su CPU y GPU de alto rendimiento, permite manejar gráficos de calidad AAA, efectos de iluminación avanzados y texturas complejas que las Quest 3S no pueden igualar. La diferencia está en que las Quest 3S funcionan de manera autónoma, mientras que las PSVR2 necesitan estar conectadas a una consola, lo que también limita la versatilidad de uso.
Otro punto clave es la carga gráfica. Las PSVR2 aprovechan la potencia de la PS5 para renderizar entornos complejos y efectos avanzados, mientras que las Quest 3S dependen de la capacidad del procesador interno para mantener la calidad gráfica. Eso sí, para ser un sistema autónomo, las Quest 3S manejan muy bien la carga gráfica, manteniendo una experiencia fluida y estable en la mayoría de juegos.
Catálogo de juegos y aplicaciones: ecosistema abierto o experiencia cerrada
El acceso a juegos y contenido marca una diferencia clave entre ambas plataformas. Las Quest 3S tienen acceso a la tienda de Meta, que ha ido creciendo desde el lanzamiento de las Oculus Quest en 2019. Actualmente, la biblioteca de Meta incluye miles de juegos y aplicaciones, desde títulos independientes hasta experiencias inmersivas de alto presupuesto. Además, las actualizaciones y mejoras para las Quest 3 también estarán disponibles en las Quest 3S, lo que garantiza que las gafas tendrán soporte y contenido nuevo de manera constante.
En cambio, el catálogo de las PSVR2 es mucho más limitado. Desde su lanzamiento en 2023, Sony ha ido añadiendo juegos a la plataforma, pero la oferta sigue siendo modesta en comparación con la tienda de Meta. Además, las PSVR2 no son compatibles con los juegos de PSVR de la generación anterior, lo que reduce aún más las opciones para quienes ya tenían títulos de realidad virtual de Sony.
Eso sí, la calidad de los títulos de PSVR2 es alta. Al depender de la potencia de la PS5, los juegos suelen ofrecer mejores gráficos, mayor complejidad en las mecánicas y una experiencia general más pulida. Sin embargo, si lo que buscas es variedad y cantidad de títulos desde el principio, las Quest 3S llevan la ventaja.
Seguimiento y controles: precisión o libertad de movimiento
La precisión marca la diferencia en juegos de realidad virtual. Las PSVR2 incluyen tecnología de seguimiento ocular, que permite ajustar automáticamente el enfoque y optimizar la resolución de la imagen en función de la posición de los ojos. Esto mejora la respuesta en los juegos y permite interacciones más naturales dentro de los entornos virtuales.
Las Quest 3S, en cambio, no tienen seguimiento ocular, pero utilizan un sistema de seguimiento basado en cámaras y sensores externos que registra con precisión el movimiento de la cabeza y las manos. Los nuevos controladores Touch Plus también han mejorado la respuesta háptica y la precisión de los movimientos, ofreciendo una experiencia de control muy intuitiva.
Ambas gafas utilizan seguimiento 6DoF (seis grados de libertad), lo que significa que pueden registrar movimientos hacia adelante, atrás, arriba, abajo y rotación en tiempo real. Las PSVR2 tienen una ligera ventaja en precisión gracias al seguimiento ocular, pero las Quest 3S compensan con una mayor libertad de movimiento al ser completamente inalámbricas.
Conclusión: Las Meta Quest 3S ganan por su precio, comodidad y libertad
Las Meta Quest 3S son las mejores gafas de realidad mixta para la mayoría de los usuarios. ¿La razón? Son más baratas, completamente inalámbricas y no necesitas comprar una PS5 para disfrutarlas. El hecho de que utilicen el chip Snapdragon XR2 Gen 2, el mismo que el Quest 3, garantiza una experiencia fluida y de alto rendimiento, mientras que la biblioteca de la Meta Store ofrece miles de juegos y aplicaciones desde el primer momento.
Las PlayStation VR2 impresionan con su pantalla OLED 4K HDR y la tecnología de seguimiento ocular, pero el problema es que necesitas una PS5 para aprovecharlas, lo que eleva el coste total por encima de los 1.000 euros. Además, la oferta de juegos para PSVR 2 sigue siendo limitada en comparación con la Meta Store.
Si ya tienes una PS5 y buscas la mejor experiencia gráfica, las PSVR 2 son una opción potente. Pero para el resto de usuarios, las Meta Quest 3S ofrecen una experiencia completa, cómoda y accesible por un precio mucho más atractivo. Meta gana esta partida.